

Tenemos paz para con Dios.
La justificación es el acto plenamente divino por medio del cual somos hechos justos ante Dios, Romanos 3:21-26; y que esto es un obra de su pura gracia, en la cual somos declarados justos y libres de todo pecado, Romanos 3:28, Gálatas 2:16.
Como resultado de ello tenemos paz para con Dios, entrada a su presencia y fuimos hechos libres del temor de la condenación eterna, Romanos 5:1.